Contar esta historia con cierta inmediatez era uno de nuestros principales retos. Ha sido un proceso muy corto y tremendamente intenso.

Cuando arrancamos el desarrollo pensábamos que el casting de la película debía ser con actores naturales. A medida que avanzábamos nos dimos cuenta de que no era el camino correcto. Corregimos el rumbo y empezamos de nuevo con la búsqueda de actores profesionales.

El tiempo empleado en ese casting natural no fue un tiempo perdido. Nos permitió tomar contacto con un grupo de jóvenes que nos ayudó a terminar de preparar la película gracias a la aportación de sus propias vivencias. Ahí nos dimos cuenta de la verdad de esa frase tan manida de “la realidad supera a la ficción”. Las cosas que nos contaban eran mucho más duras, extraordinarias e increíbles de las que habíamos proyectado en el guión. Muchos chicos y chicas que entrevistamos acabaron participando en la película como los “amigos” y nos dieron un valor añadido de realidad y naturalidad.

En cuanto al diseño de producción, ha sido una novedad importante trabajar con un equipo nuevo formado por técnicos que están, en la mayoría de los casos, en sus comienzos. Esta idea surgió de una mezcla de contar con muy pocos recursos, de una búsqueda de un modelo diferente de hacer las cosas y de absorber esa energía y motivación propia de la gente que empieza con ilusión. Esta decisión fue muy difícil de tomar por el riesgo artístico que suponía después de venir trabajando con un equipo muy experimentado y de gran talento. 

Todas estas personas se han dejado la piel. Y de todas ellas ha quedado algo en la película. Ya sea delante o detrás de la cámara. Esta ha sido una película de oportunidades y de mucho esfuerzo, con muy pocos recursos, pero gran valor de producción en un momento en que los modelos están cambiando y en el que hay que pensar bien en cómo hacer las cosas. No pretendemos que ésta sea la manera, probablemente no lo sea. Estamos en un momento de transición donde cada uno intenta sacar las castañas del fuego como puede, pero en el que hay que seguir adelante haciendo cosas y, a la vez, pensando en lo que se está haciendo.